jueves, 30 de junio de 2011

DelDiego

¿Cansado de ser un esnob del vino? ¿No terminas de conectar con el rollo de las cervezas europeas? No te preocupes, pijo madrileño, hay una nueva moda para tí: el gin tonic.

¿Larios con tónica? ¡Perdedor! Ahora lo que se lleva son Hendrinks, Gordon’s y otras ginebras hechas de sabores insospechados. ¿Que no te gusta la ginebra? Pues te jodes, lo importante es ser guay y “descubrirles” cosas a los demás, para que sepan que tu vida SÍ que mola y no la de ellos, malditos borregos.

Para esta nueva tribu urbana existe una Meca, un templo del placer y la sabiduría al que dirigirse en peregrinaje: DelDiego. Coqueto bar (o cocktalería, si preferimos usar el término pijo) en la Calle de la Reina (paralela a Gran Vía), podemos degustar varios bebercios cuya existencia probablemente desconozcamos hasta el momento de ojear la carta, por unos precios estratosféricos. ¿Estratosféricos? Sí, porque el pijismo tiene un coste, y si quieres estar por encima del vulgo tienes que dejarte los jureles con una sonrisa de triunfador en la boca.

Observemos la foto. ¿Qué vemos? ¿Un par de idiotas con un dudoso gusto en el vestir? ¿Dos señores regordetes y sonrosados que sonríen forzados ante la cámara? NO. Tenemos a dos triunfadores, dos miembros de la élite madrileña, dos padawans cuyos maestros jedi de la ginebra posan orgullosos frente a dos de sus creaciones, sofisticadas copas que adornan la foto.

Mi experiencia personal: mojito formato “chupito”, 9.50 euros. ¿Estaba bueno? Sí. ¿Volvería a hacerlo? No. ¿Por qué? Pues porque, salvo que el mojito me lo prepare el mismísimo Fidel Castro, no creo que merezca la pena el precio, en especial cuando lo comparamos con su formato “nouvelle cuisine” (ya sabéis, llenarse es de vulgares).

En cualquier caso, un sitio recomendable si tienes pasta, no te importa quemarla, o no la tienes pero necesitas impresionar a una tía. El resto de seres mortales, abstenerse (salvo que ya estés infectado por la fiebre del gin tonic).

miércoles, 29 de junio de 2011

Restaurante Bhavani, Brujas.

A pocos pasos del ayuntamiento de la ciudad Belga se puede encontrar, un poco escondido, uno de los mejores restaurantes indios (dicen) de toda la ciudad.

La carta es realmente extensa y un poco confusa al principio, ya que si optas por el menu degustación, no es algo cerrado si no que se le pueden añadir extras entre 5 y 10€ en función del plato escogido. Por ejemplo, si optamos por un postre exótico, a los 30E del menú degustación se le añaden el plus de 5€ por la opción.



Aparte de eso, que es lo mas chocante, el restaurante posee dos plantas y una zona más o menos apartada con sofás y una pequeña biblioteca que por cierto, uno de los libros era de Adriá y el Bulli en castellano.

La comida en sí fue típica india, habiendo opción vegetariana, todo muy espaciado. Nuestro pedido consistió en unos 9 platos diferentes para tres personas en plan variedad y no mucha cantidad. Destaca el cordero servido en la típica bandeja de piedra para que se vaya tostando y no se quede frío. En general se nota que era cocina de calidad donde no escatiman en la materia prima ni en el tiempo de preparación. Otro detalle positivo es que en la carta el pescado se especifica que es del día, por tanto no te pueden asegurar que tipo es hasta que lo preguntan en cocina. Esto indica  a que es fresco y tal como estaba preparado, así se notaba.

Postres no pedimos pero tienen una carta de Te muy amplia. Nosotros escogimos Te del Himalaya y estaba realmente bueno. Lo acompañan con bombones y turrón del duro con lo que fue un acierto no pedir postre.

Precio total 135E para tres personas y altamente recomendado.



Zen Asia Restaurant


Enfrente del hotel Colón Madrid, en la calle Doctor Esquerdo nos encontramos con este restaurante japonés en el cual tenemos opción de acceder a una buffet en el cual nosotros pedimos a la carta en vez de tener que levantarnos a por la comida. También nos encontramos platos sueltos que se tarifican aparte. Como buen seguidor del nombre del blog nosotros nos apuntamos al buffet cuyo precio es 18 euros por persona. Al ver la carta nos damos cuenta de que tenemos bastante variedad de nigiris y maki, al igual que de platos calientes, no como en los buffets tradicionales donde abunda la poca escasez. Tienen hasta conos de alga rellenos con arroz y pescado, lo malo es que todavía tengo el regusto del Kabuki y no hay comparación, eso sí, si miras el precio por un cono del Kabuki tienes pagado más de la mitad del menú. Tras acabar con los entrantes volvimos a echar un ojo a la carta y tomamos brochetas de pollo Teriyaki y arroz con pollo al curry, correcto sin más, tampoco vamos a pedir peras al olmo. Las botellas de agua de medio litro 2 euros y el te/café 1.8 con lo que el precio rondará los 40 euros por pareja. Los postres se tarifican aparte, pero no merecían la pena al menos por el nombre.

Más que recomendable por calidad, precio y variedad de las viandas que se nos ofrecen si queremos ir a un Japo sin demasiadas pretensiones a cenar.

Sushiwakka

Continuando con las últimas entradas especialidades en la gastronomía japonesa, aprovecho para hablar del restaurante Sushiwakka. Tenía muchas ganas de ir a este restaurante porque frecuentemente paso por delante de él (se encuentra en la esquina de Serrano y María de Molina) y por fuera parece un sitio bastante "cool".
Cuando fui al sitio, la sensación fue igual de buena o mejor que la que desprende desde fuera, es un sitio muy elegante, de decoración de diseño, con lunes rosas/moradas y ciertos elementos decorativos muy originales como ramas en el techo. En definitiva, es un restaurante muy bonito que invita a celebrar ocasiones especiales en él. Ahora, a lo importante, la comida. Fui al restaurante con una oferta de Groupon que consistía en 24 piezas de sushi por 20 euros, bastante bien teniendo en cuenta el precio prohibitivo que suele tener el sushi. Nos sirvieron las 24 piezas en un plato, la verdad que para 2 personas era un poco escaso pero no decidimos pedir más ya que no teníamos demasiada hambre. El sushi estaba bastante rico aunque tampoco diría que es de los mejores sushis que he comido. El trato de los camareros fue correcto pero tampoco soberbio ya que cometieron un par de errores como traernos la cuenta de otra mesa.Por la parte negativa me quedo en el precio, pagamos por 2 copas de vino, 2 cafés y un botella de agua 20 euros lo cual me parece un precio desproporcionado y según he leído en críticas por internet los precios de los platos van en esa línea si no vas con ninguna oferta.
En definitiva, Sushiwakka es un restaurante realmente agradable en decoración y en ambiente, en la comida y servicio son aceptables pero no están a la altura de los precios que tienen. Volveré solo en el caso de aprovechar alguna oferta.


lunes, 27 de junio de 2011

Stroganov

Guiados por un amigo mitad cubano y mitad ruso nos acercamos a comer al que es, según él, el mejor restaurante ruso de Madrid. El restaurante en sí está en Collado-Villalba (unos 40km de Madrid ciudad) y aunque es un poco lejos merece totalmente la pena ir hasta allá.
La carta resulta bastante extensa mostrando una gran variedad en la comida rusa y cada plato aparece con su nombre original y debajo una pequeña descripción en castellano de los ingredientes que contiene (algo que se agradece sobre todo cuando se está intentando explorar por primera vez este tipo de comida).
De primeros pedimos: Kapusta (repollo encurtido, marida genial con el vodka), Gribi (setas), Zakuska (mixto de vegetales) y Shuba (pastel de arenque). De segundos: Bitochki Azu (parecido a albóndigas con una salsa particular), Bitochki Stroganov (con salsa de setas), Kotletyi (filetes rusos) y Golubtsy (carne envuelta en hojas de repollo). De postres: Blinchiki (como crepes) de varios tipos. De beber: cerveza báltica al principio y vodka (mucho vodka) antes, durante y después de la comida.
Precio total por persona: 25€.

Brucculino

“Todas las pizzas que quieras por 9.95 euros”. Sin duda un eslogan interesante, lo suficientemente atractivo en mi caso como para reservar este domingo pasado en el restaurante italiano Brucculino.

Sito junto a la Plaza de Olavide, en el castizo barrio de Chamberí, Bruccolino es, en apariencia, un restaurante italiano más. Sin embargo, el primer detalle agradable es comprobar que, al menos la camarera que nos atendió, era realmente italiana (o una excelente actriz con gran facilidad para la imitación de acentos).

Fuimos con la oferta de Cucharete, pero algunos de los platos de la carta nos llamaron la atención como para abandonar esta idea inicial y pedir directamente a carta. Como dijo el filósofo, “teníamos hambre y teníamos pasta”.

Los precios también ayudaron a esta decisión, puesto que Brucculino no es, ni muchísimo menos, un restaurante caro. Valga como apunte que un entrante, dos segundos, un postre y un par de bebidas sumaron una factura de 36 euros para ambos comensales.

En cuanto al primero, del que olvidé hacer una foto, puedo decir que estaba mejor de lo que esperaba. Pimientos rellenos de atún, ponía la carta. Nunca me había animado a pedir nada parecido y, aunque temeroso, decidí darle una oportunida. Una ración generosa con dos grandes pimientos llegó a la mesa en apenas 2 minutos, lo que me sugiere que ya estaba preparado previamente (algo que no estoy seguro que sea bueno, por otra parte).

De los segundos sí puedo ofreceros alguna foto, a medio comer eso sí, desventajas de haberme acordado cuando ya habíamos empezado a degustarlo. Bajo estas líneas podéis ver la pizza Bruce Bruciano, una pizza clásica con pepperoni, pero muy agradable de sabor. Me sorprendió aun cuando la pizza de pepperoni es mi favorita y la he comido en muchos otros lugares.

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No menos agradable fue el plato de pasta “Di Vito”, compuesto de salsa de tomate ligeramente picante, bacon, cebolla y queso. La pasta estaba al dente, como no podía ser de otro modo y la salsa que la acompañaba muy buena.

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El postre, un humilde helado de chocolate y vanilla, cuyo único objetivo era dejarnos un regusto dulce en la boca y echarnos una mano con la digestión posterior.

Lo dicho, Bruccolino es un restaurante con una muy buena relación calidad/precio. No tiene la carta más extensa e innovadora que uno podría esperar, pero cumple sobradamente su objetivo y te deja a un paso de las terrazas de la Plaza de Olavide (en las que no os recomiendo sentaros una tarde de domingo tan calurosa como la de ayer, por muy insistente que se ponga vuestra acompañante femenina).

[UPDATE]: Os dejo el enlace a la oferta, aunque ya la mandé previamente a la lista de correo.

La fontana de oro


Con esta nueva entrada me gustaría cambiar de tercio, y dejar a un lado los restaurantes, y comenzar a hablar también de bares, garitos y demás donde puedes tomar una cañas, copas o tener un cita.
Esta entrada va para la Fontana de Oro, un irlandés como cualquier otro pero que por diferentes motivos le tengo cierto cariño.
Como he comentado, la Fontana de Oro es un irlandés como cualquier otro, no es un pub que se tenga nada en especial pero se encuentra en una localización envidiable, a tan solo 2 minutos de Sol (bajar la Carrera de San Jerónimo y la segunda calle a la derecha, justo donde está el museo del jamón). La decoración es una mezcla entre castizo e irlandés, supongo que el pasado sería un bar español y ha mantenido su esencia combinándolo con la madera y demás detalles de un bar español. Tiene un par de televisiones bastante grandes y suele estar abarrotado en los días de partido.
Una de las cosas que más me gusta es que es un local muy recomendable para tomar una caña ya que hasta las 10 de la noche están a un pavo (el resto de bebidas tampoco es caro, creo que una pinta de sidra/cerveza son como 3 euros que para un irlandés está muy bien) y puede estar tranquilo, sentado y sin oler a fritanga.
Pues nada, os recomiendo la Fontana de Oro para aquellos días que estás por el centro y quieres refrescarte con una cerveza y no quieres volver con un dolor de riñones a casa.

viernes, 24 de junio de 2011

Kabuki Wellington

Este restaurante se situa en los bajos del hotel Wellington en Madrid en la calle Velázquez número 8 (al lado de la Calle Alcalá). Según entramos nos damos cuenta de que es un restaurante con clase, mesas grandes y espaciosas, decoración sobria pero más que correcta y trato de los camareros que ya no se suele ver. La carta indica que es un sitio caro, muy caro, menús degustación por 66 y 91 euros; un detalle muy de agradecer es que el IVA ya está incluido. Al preguntar por el vino nos damos cuenta de que existe sumiller (femenino) que nos recomendó sin dudarlo al preguntar por un Albariño Do Ferreiro (30 euros botella). Sin duda acertó ya que gustó a todo el mundo. De entradas pedimos maki y nigiri para compartir tras una sopa Misho. Siempre es difícil de comparar sushi pero es el mejor que recuerdo sin duda alguna. También pedimos unos conos de alga con arroz, atún y huevo frito que estaban de escándalo. De segundos tomamos carpaccio de carnes variadas (kobe, avestruz, canguro y alguna otra) y carne de buey Wagyu por 29 y 33 euros respectivamente siendo las raciones escasas pero sensacionales. Hay gente que pidió los conos antes mencionados de segundo ya que gustaron y no se pidió uno por persona anteriormente. Los postres van desde churros con chocolate (los churros parecen churros pero sin la forma tradicional “cerrada”, solo el palito) por 6.5, tarta de chocolate brutal por 12.5 y torrija (aprobado justo) por unos 9 euros. Como se puede observar, cuando hay postres de más de 10 euros estamos hablando de palabras mayores.

Si investigamos un poco nos encontramos que el Chef de Kabuki, Ricardo Sanz, ha participado en eventos de los Samurais del Sushi a nivel mundial con lo que nos podemos hacer a la idea de la calidad de las viandas que se nos ofrecen.

En fin, sin demasiadas ostentaciones en diseño, carta, publicidad y demás bombo y platillo que se da a sitios de moda (los llamados piji-guays por mi parte – ejemplo en este blog con TARTAN) podemos hablar de un restaurante que brinca de los 50-60 euros sin demasiadas complicaciones, pero pese a esto puedo decir sin duda alguna que merece la pena en todos los sentidos (si se dispone del dinero antes mencionado sin que esto sea un problema - una ocasión es una ocasión :)) ir al menos una vez.

Postdata: un lunes cualquiera estaba lleno.

T.A.R.T.A.N.

Tras 2 intentos fallidos de reservar conseguí mesa en este restaurante del barrio de Salamanca (General Pardiñas 56), esta vez llamando la noche de antes y siendo la cena en cuestión un miércoles antes del Corpus. Al entrar mis peores sospechas se cumplen, sitio piji guay, camareros con pinganillo (sigo preguntándome el por qué). En fin, nos sentamos en una mesa en la que casi no entraban los platos sin demasiada separación entre los de al lado (por cierto unos cansinos del copón: estos se merece un inciso. La mujer cada 3 minutos diciéndole si no se acordaba de ella cada 4 horas, que no podía dormir por las noches pensando en él, cada vez que iba al servicio le daba un beso y casi todas las veces tiraba algo, una de ellas el vino, en resumidas cuentas, vomitivo). Siendo la separación escasa pues te enteras de la conversación de los demás sin querer prestar atención, cosa que odio en un restaurante. Bueno, al lio, la carta tiene muy buena pinta, pedimos una sangría de la abuela y una botella de agua. Primer acierto, tienen agua de litro, cosa que me encanta ya que me parece una estafa que te traigan 2 botellas de medio y te las cobren igual. La sangría muy rica, prácticamente granizado de sandía que entraba sola, que tampoco se asuste el personal que el recipiente era minimalista, como una mini frasca para no mas de 2 vasos llenos. Primer entrante: tortitas mandarín de confit de pato mular con salsa hoicin, el nombre asusta pero eran 4 mini rollitos que estaban muy buenos. Segundo entrante: carpaccio de vieiras con mariconadas varias, no me gustó nada, demasiada pimienta y un sabor raro para mi gusto. A mi acompañante le gustó más pero un sabor raro tenía y el carpaccio no es que estuviera muy elaborado.

Llega la hora de la meada tradicional, bajo al servicio y cuál es mi sorpresa al descubrir que el salón de abajo es mucho más grande acogedor, bonito y climáticamente más fresco. Llegan los segundos, tartar de atún y hamburguesa, el tartar llevaba demasiada pimienta y se podían haber metido los crispies por el culo pero bueno, es una opinión demasiado personal, se podía comer. La hamburguesa fue lo mejor de todo para mi gusto, sobre una base de patatas y maíz levantaba un trozo de carne que estaba bastante bueno.

Momento para los postres, y como la sensaciones no eran buenas decidimos probar uno cada uno: taza de chocolate a 2 temperaturas con peta zetas fue mi elección: no estaba mala pero demasiado pesada, con chocolate negro por debajo tipo brownie y blanco por encima no estaba mala pero para mi gusto poco elaborada, me dejó una sensación de empacho (a mí!). La jefa pidió Mi tarta de chocolate con macadamia caramelizada y crema chantillí, demasiado nombre para un chocolate que tampoco llamaba demasiado la atención encima de una masa típica de tarta precocinada.

En fin, demasiado piji-guay para mí. El servicio normal, la decoración bien, la mesa demasiado pequeña. En resumen, demasiado caro para lo que se ofreció ya que el gasto fue de 87 euros para dos personas, y ya estamos entrando en palabras mayores para una cena.
Adjunto foto de la factura (habría que cambiar la Heineken por el agua), lo del pan y aperitivo caso aparte, sigo esperando el aperitivo.

Update: el sitio (al menos la parte de arriba) es bastante ruidoso y la decoración está bien basándose en el tartán o los cuadros escoceses.

Pink Sushi Man

La pasada semana vi un descuento en Grupalia por el cual un menú degustación para dos personas por 20 euros incluyendo postre y una botella de lambrusco. El precio me pareció imbatible por lo que me decidí a comprarlo. La comida asiática es una de mis pasiones y últimamente me ha dado por el sushi así que el domingo reservé para ir a comer.

El restaurante está ubicado muy cerca de Montera, justo al lado de La
Gloria de Montera. Es local relativamente pequeño con una decoración futurista.
No hay ni un solo japonés trabajando en el restaurante pero es algo que no sorprende. Como
decía la decoración es muy original, algunos pensará que hortera y otros que es bastante "cool". El sitio tiene la típica ci
nta y taburetes orientados a una barra común con lo que careces de toda intimidad.
Para mi esto no es un problema pero hay ciertas personas que se pueden encontrar incómodas o
por ejemplo, no sería recomendable para una ocasión especial. También tienen mesas las cuales son más "íntimas" y cómodas. En las mesas hay un grifo de agua con gas y otro sin gas lo que me pareció bastante original. Por suerte nos acomodaron en una de ellas con lo que no tuvimos que compartir la comida con el resto del restaurante.
El menú constaba de una botella de lambrusco (de calidad muy normalita y que estaba algo caliente) y de un surtido bastante variado de sushi. La cantidad para dos estaba bastante bien y la calidad era media. De postre pedimos el brownie, que más que un brownie era
un galletita, para mi gusto fue lo más mediocre de la comida.
En general, el sitio es un restaurante normalito, el camarero y comida es correcta per
o hay japoneses bastante mejores. Lo mejor, el precio, por 20 euros salí realmente satisfecho ya que el mismo menú pagado directamente en el restaurante vale 35 euros que es un preci
o más o menos justo.

Las Tortillas de Gabino

El miércoles por la noche es tradición para mí quedarme en casa y ponerme gocho con un plato de pasta (con tomate frito, beicon y queso, pura comida de gimnasio). Sin embargo, habida cuenta de que el jueves no teníamos jornada laboral gracias a la festividad del Corpus (alabado sea El Señor), decidí aventurarme con mi novia y una pareja amiga (me hago viejo, sí) y visitar Las Tortillas de Gabino, pequeño restaurante cercano a la Calle Zurbano.

¿Tiene sentido que una persona a la que no le gustan las tortillas vaya a un lugar así? Lo tiene aunque tú no elijes el destino. En cualquier caso, debo decir que Gabino me satisfizo a pesar de mi "pequeño" handicap inicial. Mis compañeros de mesa compartieron, de entrante, 2 tortillas (Velazquez y Trufada) para tres, de las que dieron buena cuenta con gran deleite.

Yo, por mi parte, acongojado por la sombra de cierto compañero de trabajo que se rasga las vestiduras con mi "noche de la pasta", preferí optar por un plato ligeramente más dietético: ensalada de ventresca y pimientos. Resultó una elección muy acercada, aunque debo añadir que era la primera vez que me pedía algo así, por lo que puede que los expertos en ensalada no la hubieran encontrado tan agradable como yo.

Los segundos fueron más clásicos: escalope de ternera, corvina y secreto ibérico para quien suscribe estas líneas. No puedo hablar por los platos de mis acompañantes, que no me animé a probar, pero por mi parte el secreto estuvo simplemente correcto. El plato, aunque generoso, perdía nota por un asqueroso revoltijo de patata fría y dios sabe qué más, supuesta guarnición que acompañaba al secreto y que terminó la noche como la empezó, fría y emplatada, impoluta e intacta.

Mis acompañantes juzgaron suficientes las viandas, por lo que fui el único en optar a un postre, una mousse de chocolate con helado algo decepcionante. Un par de cervezas y un agua para mí regaron la noche.

A 30 euros por cabeza, creo que el nivel de la cena quedó por debajo de su precio. 25 euros por cabeza, habida cuenta de que no pedimos vino, habría sido un precio más razonable.

Probablemente con un descuento a lo GroupOn o El Tenedor sí merezca la pena.

miércoles, 22 de junio de 2011

La cornucopia




El pasado sábado me acerqué a un restaurante llamado la Cornucopia. Había estado leyendo varias críticas por Internet y el restaurante parecía merecer la pena, a parte de haber una oferta de descuento del 30% eligiendo un primero y segundo.
El restaurante tiene una decoración moderna de colores vivos aunque con ciertos toques infantiles. El ambiente es bastante bullicioso y hay algunas mesas que no tienen una buena situación aunque en general el sitio está bastante bien y su situación, muy cerquita de Santo Domingo, es una gran ventaja si luego se quiere ir a tomar algo.
Yendo al grano, fui a cenar con un amiga y de primeros elegimos huevos rotos con salmorejo y queso de cabra con jamón, manzana y mermelada de tomate. Ambos platos eran bastantes innovadores ya que los huevos rotos eran servidos en un vaso
dándole ese toque "chic" que a un plato tradicional siempre le falta, y la combi
nación de sabores dulce-salado era realmente buena en el caso del queso con jamón y mermelada de tomate.
Los segundos fueron bonito con ensalada de naranja, y solomillo con frutas. Aunque no tan sorprendentes como los primeros, los segundos también fueron de mi agrado.
El postre en cambio fue bastante más justito, pedimos una tarta de queso con frambuesa que no era gran cosa.
La cena estuvo regada con un vino blanco recomendado con un toque afrutado por el metre.
En general la cena estuvo bastante bien y la relación calidad precio (60 euros por 2 personas) no estaba mal.
Los únicos peros, el ruido del sitio y el postre....

Los Montes de Galicia

Groupon de descuento mediante, el pasado sábado me acerqué a este restaurante, apróximadamente a 30 segundos andando del portal de mi casa.

Sin embargo, y a pesar de las expectativas relacionadas con el buen comer que crea cualquier cosa asociada a Galicia, este local no hace honor a lugar del que provienen sus montes. Es cierto que ir con una oferta siempre rebaja la calidad de las materias primas que te ofrecen, pero la carne "nerviosa" y excesivamente correosa que me sirvieron aquella noche no merece una segunda oportunidad sin cupón.

Si a ello le unimos un entrante de croquetas con boletus del montón y una atención por parte de los camareros simplemente correcta, tenemos un bonito 5 raspado, suficiente para no salir echando petes, pero corto para pensar en repetir (a pesar de que la proximidad me hubiera invitado a ello, a poco que el resultado hubiera sido satisfactorio).

PD: En próximas experiencias prometo adjuntar fotos que realcen el valor de mis crónicas.