A pesar de su nombre, este restaurante es fácil de recordar por muchos motivos: su buena gastronomía, sus fantásticos precios, su capacidad para aparecer en el boca a boca de los sitios recomendados entre amigos y conocidos, etc.
Tras una dura jornada laboral, los miembros de esta fábrica de sueños digitales que conforma el Departamento de Desarrollo de [CENSORED] nos dispusimos a disfrutar de una de esas actividades tan habituales entre nosotros. Sería como la tercera o cuarta vez que quedábamos para hacer algo en el último… lustro. ¡Casi nada!
Karting, unas cervezas y la cena se nos echaba encima. Los azares del destino terminaron con nuestros huesos en El Olvido, restaurante sito en la calle Juan Hurtado de Mendoza, próximo a ese templo de la grasa conocido como Alfredo’s Barbacue. La fortuna (desde mi punto de vista) hizo que no nos ofrecieran mesa hasta las 11 de la noche, por lo que preferimos desplazar nuestra hambre a este restaurante cercano.
El Olvido es un lugar curioso: tras una fachada de restaurante modernito madrileño, difícil de definir, no se encuentran los típicos sablazos con platos anchos, raciones estrechas y facturas voluminosas. En su lugar en El Olvido nos encontramos raciones más que correctas (en algunos casos generosas, como en sus ensaladas, tal como podemos ver en la siguiente imagen) y precios estrechos, de no más de 23 euros el menú.
La carta se estructura en tres tramos de precios: los entrantes se comparten entre todas las opciones, mientras que el precio final lo determina la elección del segundo dentro de uno de esos grupos. El postre va aparte, pero a un precio de tan sólo 2.70 euros cada uno, se convierte en imprescindible aun cuando ya te encuentras saciado.
En cuanto a nuestras elecciones, siendo 8 personas fueron de lo más variadas: ensaladas césar, croquetas, rollitos de primavera, etc. En lo personal puedo decir que las seis croquetas que me trajeron eran más que suficientes para una entrante y tenían un sabor muy agradable.
Con respecto a los segundos, la mayoría optaron por la hamburguesa. En un primer momento causó cierto revuelo el que el plato se presentara con todos sus elementos menos el más importante: la carne. Tampoco ayudaba comprobar el pequeño tamaño del pan, lo que hacía presagiar una carne de similar diámetro que dejara con hambre a quienes se la pidieron. Sin embargo, fue una falsa alarma: aunque no se podía comparar con una hamburguesa de plato entero como las que ponen en algunos sitios, sí tenía una cantidad más que suficiente como para saciar el apetito de la mayoría.
En mi caso opté por el churrasco argentino de muy buen sabor, mientras que en la foto que acompaña podemos ver el pescado que eligió nuestro yonki del gimnasio (en primer plano) y dicho churrasco al fondo.
Muchos no llegaron al postre, puesto que con el primero y segundo ya se colman las expectativas de la mayoría (especialmente si se trata de una cena, como en nuestro caso). Para los que aun tuvimos algo más de fuelle, pudimos optar por sólo 2.70 euros a una gran variedad de postres, como tarta de queso (mi elección), brownie de chocolate (costaba 5 euros pero podía salir gratis si tenías suerte con el dado, en el típico juego de todo o nada), etc. Mención aparte merecen los mojitos a 2.50 euros y el servir agua de Madrid en lugar de embotellada, a coste cero.
En definitiva, El Olvido es un lugar con una excelente relación calidad/precio, un sitio al que puedes llevar a prácticamente cualquiera, ya sean novias, amigos o familiares, y volver con la sensación de haber comido bien sin haber sido atracado en el intento.
Como dirían los pijos, un MUST.
1 comentario:
Muy buena relación calidad-precio. Destaca la buena decoración del lugar, la variedad en la carta, el buen servicio y detalles como que no te cobren el agua. Otro detalle a destacar, la calidad de los postres y mojitos por un precio ridículo.
Para mi un 9, y sería un 10 si la hamburguesa no hubiese decepcionado a parte de mis compañeros.
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